Por Patricia Machado – Asesora y Coach de Imagen

A lo largo de mi vida y mi carrera he cambiado muchas veces de rol, de país, de objetivos…
Pero uno de los cambios más profundos ha sido este: mi relación con mi imagen.
He pasado por etapas donde vestirme era una forma de complacer, otras donde era para sobrevivir al entorno profesional, y hoy —con mucha más conciencia— me visto para expresar quién soy realmente.
Y te comparto esto porque sé que muchas mujeres sienten lo mismo: su imagen ya no las representa.
No se trata de que esté “mal”, ni de que necesiten una transformación radical.
Lo que pasa es que nuestra imagen también evoluciona.
Y cuando no la dejamos evolucionar con nosotras, empezamos a sentirnos incómodas… incluso cuando nos vemos “bien”.
¿Por qué cambia nuestra imagen?
Nuestro cuerpo cambia, sí.
Pero también cambian nuestras prioridades, nuestros valores, nuestras emociones.
Y lo que ayer nos hacía sentir poderosas, puede que hoy nos quede incómodo, nos reste libertad o ya no tenga sentido en nuestra vida actual.
Muchas de mis clientas sienten culpa por “haber cambiado”.
Y mi mensaje siempre es el mismo: no es debilidad, es crecimiento.
Lo que necesitamos no es volver al pasado, es aprender a vestirnos desde lo que somos hoy.
Etapas que he observado (y vivido)
🔹 En los 20:
Exploramos. Queremos gustar, encajar, experimentar. Seguimos referentes, modas, validaciones externas.
Y eso está bien… es parte del camino.
🔹 En los 30:
Buscamos equilibrio. Ya no se trata solo de vernos bien, sino de proyectar profesionalismo, estructura, coherencia.
Y empezamos a cuestionarnos: “¿Estoy siendo yo en esta imagen?
🔹En los 40:
Llega el punto de inflexión. Empiezas a cansarte de vestirte “para los demás”.
Quieres comodidad, pero sin perder fuerza. Quieres sentirte tú.
Aquí muchas mujeres llegan a mí con esa frase clave:
“Mi imagen ya no habla de mí.”
🔹 En los 50 (y más):
Es cuando muchas deciden vivir con más libertad.
Importa menos complacer y más habitar nuestro cuerpo desde el respeto.
La imagen empieza a ser una extensión de nuestra historia, no una máscara para encajar.
MITOS QUE FRENAN NUESTRA EVOLUCIÓN
💬 “Tengo que verme como a los 30.”
✘ ¿Para qué? Tu cuerpo, tu vida y tus objetivos ya no son los mismos. ¿Por qué tu imagen sí?
💬 “Si cambio mi estilo, me voy a ver fuera de lugar.”
✘ Cambiar no es debilidad, es madurez. Es decirle al mundo: “Me conozco mejor.”💬 “A esta edad ya no es importante cómo me veo.”
✘ ¡Claro que lo es! Pero no por los demás. Por ti. Por cómo te habitas. Por cómo te tratas.
TIPS PARA ACOMPAÑAR TU IMAGEN EN CADA ETAPA
1. Mírate con los ojos del presente.
No desde la nostalgia, ni desde el juicio. ¿Quién eres hoy? ¿Qué necesita tu imagen para acompañarte?
2. Revisa tu clóset como revisas tu historia.
¿Qué te está representando y qué ya cumplió su ciclo?
3. Cambia “verte joven” por “verte auténtica”.
Tu valor no está en parecer otra. Está en reflejarte con verdad.
4. Inspírate en mujeres reales.
No necesitas filtros, necesitas conexión. Busca referentes que vivan su imagen con identidad.
5. Si sientes que te perdiste, vuelve a ti.
Y si no sabes cómo empezar, ahí es donde entra el coaching de imagen.
Mi reflexión como mujer y como coach
Yo también pasé por momentos en los que sentí que me estaba disfrazando.
Que mi ropa hablaba de una versión que ya no era yo.
Que mi imagen era estratégica… pero no sincera.
Y cuando empecé a integrar mi estilo con mi etapa, mi historia y mi propósito, todo cambió.
Me sentí alineada, libre, en paz.
Por eso, si tú también estás en ese punto…
quiero decirte esto: no estás sola.
Y no tienes que elegir entre verte bien y sentirte bien. Puedes —y mereces— tener ambas.
Conclusión
Tu imagen no es algo que debas mantener igual a lo largo de tu vida.
Es una herramienta viva.
Y cuando la usas con conciencia, puede acompañarte, potenciarte y liberarte.Vestirte desde lo que eres hoy no borra tu historia.
La honra.
Y te prepara para lo que viene.
¿Quieres que te acompañe en este proceso?
Agenda tu sesión conmigo.
Construyamos una imagen que te represente de verdad, desde tu etapa, tu energía y tu propósito.