Retos de la Imagen en Entornos Híbridos o a Distancia

Por Patricia Machado, Asesora y Coach de Imagen

Durante años, muchas mujeres han aprendido a dominar su presencia en reuniones, pasillos de oficina o espacios de networking. Sabemos cómo entrar a una sala y dejar huella. Pero… ¿qué pasa cuando esa sala ahora es digital? ¿Cuando la reunión sucede en una pantalla y la cámara decide cuánta autoridad proyectas?

Hoy, los entornos híbridos (virtuales y presenciales) nos retan a rediseñar nuestra imagen con nuevas reglas. Y desde mi experiencia —como ejecutiva y ahora como coach— te puedo decir algo: la imagen sigue importando. Y mucho.

Solo que ahora se manifiesta en otros escenarios, y necesita otros recursos para mantenerse fuerte, coherente y estratégica.

y cómo puedes trabajarlos con intención y propósito:

1.  Perder impacto sin presencia física

En la virtualidad, muchas veces no estás en primer plano. Tu cuerpo completo no está presente. Tu energía y lenguaje no verbal se diluyen si no sabes adaptarlos.

¿Qué ocurre?
Pasas desapercibida, no te recuerdan o asocian poco liderazgo a tu imagen, aunque tengas mucho que decir.


Cómo trabajarlo:

  • Cuida los detalles: El uso de fondos, sonido, accesorios, el maquillaje.
  • Activa tu cámara siempre que sea posible.
  • Cuida tu postura, que tu espalda comunique tanto como tu voz.
  • Usa tu vestuario como herramienta de autoridad (colores sólidos, cortes estructurados).
  • Proyecta energía en tu voz, articula con claridad, haz pausas con intención.

2. Incoherencia entre lo presencial y lo digital

He trabajado con mujeres que se ven impecables en persona… pero su Instagram o LinkedIn dicen otra cosa. Y también al revés.

¿Qué ocurre?
Se rompe la confianza. Hay un “ruido” entre lo que muestras en un espacio y lo que proyectas en otro. Eso resta credibilidad y conexión.

Cómo trabajarlo:

  • Unifica tu tono, tu estilo y tu mensaje en todas tus plataformas.
  • Usa la misma foto profesional en tus perfiles.
  • Asegúrate de que tus publicaciones y tu presencia en reuniones digan lo mismo: quién eres, qué haces y cómo lideras.

3. Sentirse desconectada de tu propia imagen

Trabajar desde casa puede hacerte caer en la rutina del descuido. Vistes solo “para salir”, y te expresas desde la urgencia, no desde la intención.

¿Qué ocurre?
Pierdes conexión contigo misma. Con tu fuerza. Y eso impacta directamente en tu seguridad y autoestima.

Cómo trabajarlo:

  • Diseña tu propio “ritual de imagen consciente”: elegir tu ropa con intención, maquillarte, ajustar tu energía antes de conectarte.
  • Recuerda: vestirte para liderar no es superficial, es una forma de recordarte quién eres.

4. Falta de control sobre el entorno

Iluminación deficiente, fondo desordenado o inadecuado, ruido externo… son detalles que restan autoridad, aunque estés diciendo algo brillante.

¿Qué ocurre?
El entorno distrae, quita profesionalismo y puede subestimar tu capacidad.

Cómo trabajarlo:

  • Elige un fondo limpio o neutro, sin distracciones.
  • Usa luz frontal, idealmente natural o un aro de luz suave.
  • Verifica tu cámara, tu sonido y tu encuadre antes de cada reunión.

5. Dificultad para generar conexión emocional

En lo digital, la calidez no se percibe igual. Las miradas no son tan directas. Los silencios pueden parecer fríos.

¿Qué ocurre?
Puedes parecer distante o inaccesible, incluso si no lo eres.

Cómo trabajarlo:

  • Mira a la cámara cuando hables: es la forma de hacer contacto visual.
  • Usa tu tono de voz para transmitir cercanía.
  • Incluye frases empáticas, lenguaje corporal abierto, sonrisas genuinas.
  • Y sí, usa el chat con intención: agradecer, preguntar, conectar.

6. Confusión entre lo personal y lo profesional

Cuando trabajamos desde casa, los límites se difuminan. A veces respondemos llamadas desde la cocina o mandamos correos desde la cama.

¿Qué ocurre?
Tu imagen profesional pierde estructura y consistencia. No hay contención visual ni emocional.

Cómo trabajarlo:

  • Define un espacio de trabajo que respete tu rol.
  • Crea tu propia “imagen profesional desde casa”: vestuario cómodo pero estructurado, horarios claros, actitud firme.
  • Haz de tu rutina una forma de liderar tu día.
  • Planificate, estar en casa también requiere de una organización estructurada de tus actividades. Si bien genera cierta flexibilidad,  recuerda siempre tu objetivo principal del dia.

7. Creer que la imagen ya no importa

Uno de los errores más comunes. Al no tener contacto físico frecuente, muchas mujeres dejan de priorizar su imagen. Se enfocan solo en resultados.

¿Qué ocurre?
La imagen se apaga. Y con ella, oportunidades, visibilidad y posicionamiento.

Cómo trabajarlo:

  • Recuerda: tu imagen sigue hablando por ti, incluso en una videollamada o un post.
  • Invertir tiempo en cuidar tu presencia es también invertir en tu impacto y en tu bienestar.
  • Recuerda que tu liderazgo se debe transmitir en todos los ámbitos y espacios

“En los entornos híbridos, tu imagen no desaparece… se transforma.
Y quien aprende a liderar esa transformación, destaca con presencia, coherencia y poder real.”

Tu voz, tu imagen y tu mensaje merecen ser vistos y escuchados, sin importar el canal. Y tú puedes aprender a hacerlos brillar, desde el lugar más auténtico de tu liderazgo.

Agenda tu sesión de diagnóstico inicial conmigo y comencemos a trabajar en tu presencia híbrida y digital, con intención, estrategia y propósito.
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